Este 4 de Marzo se cumplen 35 años del fallecimiento del escritor colombiano Andrés Caicedo (1951 - 1977). Su obra no solo hace parte de la historia de la literatura colombiana sino que además es una lectura muy querida en la juventud y adolescencia, por esta razón creo que su autor merece algunas líneas de remembranza.
Caicedo fue un escritor muy prolífico. Escribió más de veinte cuentos, varias obras de teatro, guiones para cine y artículos críticos para su revista Ojo al cine, publicación cultural y dedicada al séptimo arte - una de sus grandes pasiones. La mayoría de sus escritos fueron póstumos y editados en distintas colecciones.
Aunque también dejó varias novelas inconclusas, terminó ¡Que viva la música!, una obra emblemática de su generación y que se sigue leyendo hasta hoy.
Aunque también dejó varias novelas inconclusas, terminó ¡Que viva la música!, una obra emblemática de su generación y que se sigue leyendo hasta hoy.
A mi modo de ver Andrés Caicedo encarna la vitalidad de la juventud. Su misma imagen, del jovencito intelectual rebelde e irreverente, se ha convertido en un ícono del niño genio tipo Rimbaud. Su fama es posible que se haya extendido no solo por la originalidad de su prosa, sino además por su muerte prematura (se suicidó a la edad de 25 años, en lo que muchos considerarían la flor de la vida, pero para él parecía el tiempo suficiente).
Angelitos Empantanados o Historias para Jovencitos |
Este año, en homenaje a Andrés Caicedo, se realizará la exposición Morir y dejar obra, del 7 de Marzo al 20 de Mayo de 2012, en la Biblioteca Luis Ángel Arango. La curaduría es de Luis Ospina. En ella se podrá apreciar el archivo del escritor donado por su familia a la biblioteca.
Para saber más sobre la programación: http://www.banrepcultural.org/evento/andres-caicedo-morir-y-dejar-obra
No hay comentarios:
Publicar un comentario