Con no pocos tachones, el manuscrito de Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Charles Dickens (1812 - 1870) está cumpliendo doscientos años y no nos hemos olvidado ni de él ni de su obra.
Dickens continúa siendo un referente importante (si es que no es el más
importante después de Shakespeare) de la literatura inglesa.
Es gracias a sus historias que tenemos una imagen de la Inglaterra victoriana, de aquel Londres
de calles mugrientas y niebla densa; de la Navidad con nieve, del Támesis como una cloaca, de fábricas oscuras y antros de mala muerte; con personajes tan siniestros que dan pesadillas o tan virtuosos que
parecen los mismísimos ángeles.
Para bien o para mal la obra de Dickens ha moldeado nuestro imaginario del siglo XIX inglés, de una sociedad
donde la vida campestre quedaba atrás y la industrialización se abría paso en las grandes ciudades no siempre con los mejores resultados, ya que las condiciones de sanidad y la pobreza eran deplorables.
Hoy en día las imágenes que Dickens creó nos llegan de segunda mano a través del cine, la publicidad, la ilustración, la televisión. La cultura popular asimiló con facilidad sus personajes y sus escenarios.
Imagen de Oliver Twist, película de Roman Polanski (2005)
Es posible que la popularidad de Dickens se deba a que sus obras no eran para selectos. Muchos
de sus relatos y novelas antes de llegar a ser libros se publicaron en periódicos y revistas, y un público amplio esperaba con ansiedad cada entrega. Ya en su época Dickens fue un best seller y tal vez su amplia aceptación le asegurara la supervivencia a través del tiempo.
La más reciente versión Disney de Canción de Navidad (2009)
Por otra parte, sus cuentos y novelas se han reciclado y adaptado una y otra vez, manteniéndose vigentes.
Tal es el caso del famoso libro Canción de Navidad (1843). Una historia que fue un éxito desde su primera publicación y que ha producido numerosas adaptaciones teatrales, televisivas y cinematográficas.
El avaro y agrio Mr. Scrooge no solo es un personaje popular, sino que su nombre ha adquirido un valor simbólico (no es gratuito que el Tío Rico Mc Pato se llame en inglés Uncle Scrooge). Hasta los Simpson y los Muppets han creado sus propias versiones de la historia. Canción de Navidad ha tenido seguidores de todas las edades.
El Sr. Burns encaja perfecto en el personaje de Scrooge.
Canción de Navidad con los Muppets.
La rana René haciendo de Bob Cratchit con el Pequeño Tim.
Aunque Canción de Navidad continúa siendo una de las historias más reconocidas de Dickens, ésta solo hace parte de una larga cadena de obras. Desde Los Papeles Póstumos del Club Pickwick (1836-37) hasta el poco mencionado The Mystery of Edwin Drood (1870), el autor escribió obras tanto de ficción como de no ficción.
Resulta imposible detenerse a comentar cada obra, pero si vale la pena mencionar algunos personajes infantiles memorables. En las novelas de Dickens frecuentemente se muestra a sus héroes desde la infancia. Muchos de ellos buscan sobrevivir o abrirse paso en un mundo que los trata con injusticia, donde los adultos se aprovechan de ellos y son marginados por sus orígenes.
En Dickens son comunes las historias de huérfanos desdichados como Oliver Twist (1838), quizás el más conocido. Oliver vive en un orfanato administrado por personajes cínicos e inescrupulosos y luego pasa a ser explotado en una fábrica. Este famélico niño padece todo tipo de abusos por parte de los adultos, y el entorno en el que vive no deja de ser marginal y repulsivo.
Trailer de Oliver Twist de Polanski
También están David Copperfield en la novela del mismo nombre (1849) maltratado y degradado por su padrastro hasta llegar a parecer casi un mendigo, y Pip, el protagonista de Grandes Esperanzas (1861), que poco a poco se abre camino a través de la educación.
Escena en que Pip habla con la excéntrica Miss Havisham.
No faltan las niñas huérfanas y virtuosas. Dos heroínas angelicales son Amy Dorrit en La Pequeña Dorrit (1855-57) y Nell Trent en El Almacén de Curiosidades (1840). Nell está dispuesta peregrinar sin descanso con tal de ayudar a su abuelo, que es perseguido por su malvado acreedor Dani Quilp. Y Amy visita a su padre en la prisión de Marshalsea y ayuda a mantenerlo gracias a su trabajo de costurera. Estas niñas se muestran como modelo de la abnegación y siempre incondicionales con sus familiares.
Little Nell por Harold Copping (1863-1932)
En estos ejemplos los personajes infantiles o adolescentes luchan contra las adversidades de un medio difícil, sin padres y donde apenas tienen qué comer o vestir. Pero a pesar de la desgracia en que nacen, Dickens, en la mayoría de los casos, se muestra optimista sobre su futuro. Casi siempre aparece algún benefactor o un familiar que cambia su destino y los ayuda a mejorar de estatus.
Little Dorrit de Hablot Knight Browne
Es posible que Dickens nos esté queriendo decir que los niños sin la protección de los mayores es muy difícil que puedan sobrevivir o hacer algo por sí mismos. En sus novelas los niños y jóvenes siempre necesitan la orientación adulta y el apoyo económico para salir de la miseria y alcanzar una vida mejor. Cuando toda la responsabilidad recae sobre ellos, como en el caso de Nell en El Almacén de Curiosidades, las cosas pueden llegar a terminar mal.
Si bien es cierto que las obras de Dickens no estaban destinadas para niños, fue un escritor especialmente preocupado por la infancia de su época. Denunció a través de sus novelas el maltrato a los niños de las clases pobres y trabajadoras, habiendo él mismo padecido una niñez difícil cuando tuvo que trabajar doce horas diarias en una fábrica de betún para ayudar a mantener a su familia.
Sus obras perseguían el ideal de generar algún tipo de cambio en la sociedad del momento y llamar la atención sobre la vida de los pobres en los tugurios, orfanatos, hospicios y fábricas.
Este año la mejor manera de hacer un homenaje a Charles Dickens es leyendo o releyendo su obra tan llena de entrañables personajes.
Para saber más de lo que ha programado este año en Inglaterra los invitamos a ver la página oficial:
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